domingo, 5 de agosto de 2007

REFLEXIONES LITERARIAS

REFLEXIONES LIBERTARIAS
REFORMA FISCAL ¿ONDE?
Ricardo Valenzuela

Mientras el presidente Calderón ansiosamente espera la sagrada bendición del Honorable Congreso, aprobando su proyecto Chupar-Side economics mal llamado reforma fiscal, gran parte del resto del mundo se han dado a la creación de una verdadera reforma tributaria utilizando la magia conocida como Flat Tax (impuesto único). Este término, simplemente define un impuesto montado sobre un tipo constante representado por una tasa fija aplicable a ingresos o al consumo, eliminando los demás.

Históricamente el impuesto único ha sufrido algunas transformaciones cuando, durante el siglo XVIII, se concibió para la mejora del status quo presagiando bajos gravámenes e inclusive, cero, para los miembros de la realeza y de la santa madre iglesia. Esto sería parte importante del potaje que hiciera explotar la revolución francesa. Sin embargo, durante el siglo XIX sería adoptado por la mayoría de las naciones europeas y, en medio de un paraíso fiscal de los liberales e imberbes EU, provocara otra Revolución, la revolución industrial.

Pero, como siempre sucede en la guerras, al callar los cañones y esfumarse el humo de la metralla, emergen los países con sus libertades acotadas. Al finalizar la primera guerra mundial, se inició la introducción de multitud de impuestos progresivos para, de esa forma, poder fondear los crecientes gastos gubernamentales de sus programas sociales y, en especial, todos los conflictos bélicos que ya se asentaban en el horizonte mundial convergiendo en la segunda guerra mundial. Fue cuando en los EU se estableciera algo totalmente ilegal y anticonstitucional, el impuesto sobre la renta.

Este nuevo arnés que se montaba a las sociedades del mundo, al combinarlo con el nacimiento del FED en 1913, las políticas proteccionistas de Hoover y el inicio de operaciones de los herederos de Bismark, llevarían el mundo por el tenebroso pasillo de La Gran Depresión. Los EU, desde su guerra civil, se habían convertido en el país más rico y poderoso del mundo y lo habían logrado gracias al descoordinado esfuerzo de miles de empresarios. Pero crecía el sentimiento de que era ya tiempo para la comunidad como un todo, usando los recursos de la Constitución, imponer un poco de orden para el nuevo gigante y vestirlo con las ropas apropiadas.

Teddy Roosevelt había ya desempacado alguna de la ropa y, con la avenida de la gran depresión, emergía uno de sus parientes para cerrar la pinza: Franklin Delano Roosevelt. El nuevo debutante de la familia se armaba con el economista de moda, Keynes, y de su cocina salía el nuevo platillo para los EU, The New Deal, misma que descansaría sobre dos importantes pilares, el FED y el gravado total de la sociedad. El Laissez—Faire, que le diera vida al milagro del siglo XIX, había muerto.

La filosofía de Washington, Franklin, Jefferson, Madison y Adams era muy clara y derivada del pensamiento de Locke en la noción clara que, la seguridad de la propiedad privada estaba íntimamente ligada al concepto de libertad. La inflación, emanada de la emisión de papel sin valor, era un asalto directo al concepto de propiedad y, por ello, un descarado y vil robo. El gobierno sólo debía gravar lo suficiente para mantener una delgada burocracia responsable de proteger vida, libertad y propiedad de sus contratantes. Todo ello moría con el develado de lo que luego provocara la Stagflación: The New Deal.

El mundo se embarcaba en una aventura que diera vida al estatismo el que, entre otras cosas, se definía con las cadenas tendidas por los gobiernos a sus ciudadanos con mortales cargas impositivas. Pero en los años 70 un economista de tan solo 34 años, Art Laffer, en una servilleta dibujaba una curva al revés frente al futuro premio Nobel de economía, Robert Mudell, para darle vida al Suppy-Side economics. Con ella, claramente demostraba cómo los gobiernos, al gravar excesivamente sus sociedades, son los grandes enemigos del crecimiento económico y, por otra parte, la baja de impuestos vigoriza las economías produciendo ingresos más abundantes para ellos.

En México, era la época de Echeverría y su gobierno se identificaba como el grado máximo de estatismo Keynesiano, dando inicio a un periodo que muchos mexicanos quisiéramos borrar de nuestra memoria, y por el cual todavía estamos pagando. Cuando Reagan pusiera a prueba las ideas de Art Laffer provocando los 8 años de vacas gordas, el Suppy-Side economics estaba probado y comprobado. Ello inspiraría al odiado Carlos Salinas de Gortari, para iniciar su aplicación en México bajo la asesoría del finado Jude Waninnsky. Para 1993 mostraba sus resultados produciendo, con una baja general de impuestos, superávit en el presupuesto federal, control de la inflación, estabilidad de la moneda y crecimiento económico.

El proyecto sería abandonado luego que los baby dinosaurios sabotearan el proyecto de Salinas y, hasta la fecha, permanece intocable. Curiosamente, desde la caída del muro de Berlín, los otrora países satélites de la Unión Soviética y la misma Rusia, con gran entusiasmo han abrazado el concepto del Flat Tax con resultados impresionantes. El debutante fue Estonia cuando en 1994, con gran resolución lo implantara convirtiendo al país, junto con Irlanda, en los milagros europeos del nuevo siglo y a su presidente el nuevo incono europeo de la libertad.

Durante los últimos años, además de los pioneros como Hong Kong, con gran éxito lo han abrazado los siguientes países provocando su despegue económico para, partiendo de la negra era post comunista, arribar al pleno desarrollo de sus economías y el levitar de sus sociedades:

JURISDICIONES

Jersey 20%
Hong Kong 16%
Guernsey 20%
Estonia 22%
Latvia 25%
Lituania 27%
Rusia 13%
Servia 14%
Eslovaquia 19%
Ucrania 15%
Rumania 16%
Georgia 12%
Islandia 30%
Mongolia 10%
Kurdistan 10%
Macedonia 12%
Montenegro 15%
Mauritius 12%
Albania 25%


Sr. Presidente Calderón, “pa que dar tantos brincos estando el suelo tan parejo.” Tu sabes economía Felipe, conoces perfectamente el concepto tanto del Flat Tax como el de Suppy-Side economics. Sí México no implementa una verdadera reforma fiscal, (cambio, transformación, reconstrucción y nueva cara) jamás podremos abandonar el subdesarrollo que nos ha convertido en prisioneros durante dos siglos.

Lo que has enviado al congreso, es puro Chupar Side economics en lo que Roberto Salinas León ha bautizado como recoleccionitis. México merece mucho más que ese viejo disfraz del estatista consumado oliendo a priismo.

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